Entrevista a Jorge Martín Vila, Coordinador del Laboratorio de Innovación Tecnológica del OCEDIC

Para muchos, octubre representa el mes de la concientización en ciberseguridad, iniciativa que debemos celebrar, en particular, cuando tenemos en cuenta que, desde hace varios años, el usuario es considerado como el eslabón débil en el ámbito de la seguridad informática y de la información. Según la RAE, concientizar o concienciar implica hacer que alguien sea consciente de algo. De esta manera, interpretamos que existe un problema actual del cual un determinado público debe tomar conocimiento, con el propósito de prevenirlo y detectarlo precozmente. Pero ¿y si no alcanza? ¿Qué medidas proactivas y complementarias podemos adoptar ?

Exploramos entonces una pista, la innovación, que conlleva crear, mutar, alterar ese algo para introducir novedades. Sobre este asunto, Jorge Martín Vila, nos cuenta lo que es para él innovar y nos dice que se trata de “generar conocimiento”, investigando “vulnerabilidades desde antes que se dispare una acción”. Su objetivo es encontrar la solución a los inconvenientes eventuales que puedan aparecer después de crear, por ejemplo, una herramienta diseñada con el fin de lidiar con una dificultad presente. En otras palabras : adelantarse siempre al próximo problema.

El Laboratorio de Innovación surge como un espacio de intercambio en el cual se pueden concretar proyectos tecnológicos de vanguardia, incluyendo el desarrollo de aplicaciones que resulten útiles en la lucha contra el cibercrimen.

En este sentido, Jorge nos explica los avances de los últimos meses de la APP VG “Botón Antipánico”. Destaca que esta app es distinta de las alternativas que podemos encontrar en otro lado, como Google Play Store, puesto que, una de sus primeras características, es su uso acotado al ámbito judicial, es decir, el mismo quedaría enmarcado en una causa y autorizado por la autoridad judicial competente. Desde un punto de vista técnico, la herramienta combina diferentes tecnologías vinculadas con inteligencia artificial y machine learning, asegurando el resguardo de los datos personales de los usuarios desde su concepción. Además, se distingue por haber sido inventada en base a la experiencia de usuario, esto quiere decir que se pensó “del usuario a la herramienta” y no en sentido contrario, haciendo que su empleo sea “amigable” desde todo tipo o marca de dispositivo.

En cuanto a su finalidad, se recalca su aspecto modular ya que, según la necesidad, podría servir tanto para prevenir un (nuevo) ilícito como para realizar un “relevamiento territorial” al indicar zonas o regiones en las cuales el riesgo es mayor, apoyándose en una serie de eventos anteriores que llevarían a la aplicación a producir resultados “objetivos”. Si bien está pensada para casos de violencia de género, nuestro entrevistado subraya la posibilidad de expandirla a otras áreas, una vez aprobadas ciertas etapas de implementación y escalabilidad que demuestren su efectividad en la práctica y no solo en la teoría. Luego de haber pasado la prueba de concepto, la app se encuentra actualmente en la fase de “testing” antes de su lanzamiento, que podría llegar a darse a mediados de 2022.

Estas propuestas nos ayudan a confirmar la importancia de intentar cada día dar un paso más para impulsar ideas que se interrelacionen y crezcan al igual que las campañas de concientización, coadyuvando a la prevención de ataques, a la asistencia a las víctimas y cibervíctimas.

Denise Gross.